Así por ejemplo, en verano la forma más fácil de ahorrar energía con el aire acondicionado es mantener una temperatura de 26 grados en el interior de la casa. Sólo con subir la temperatura del termostato un grado, se puede ahorrar un 8% del consumo energético. Si se sube dos grados, se puede disfrutar de un día entero de aire acondicionado gratis.