Eran las 12:30h de aquel 30 de mayo de 2003, cuando ETA accionaba una bomba lapa colocada en los bajos del coche de los dos policías nacionales que hacían trabajos para la renovación del DNI en Sangüesa. La explosión acaba en el momento con la vida de Bonifación Martín y Julián Embid. En el mismo lugar donde fueron asesinados, sus viudas, la Delegación del Gobierno, la Policía Nacional, el Gobierno foral y el Ayuntamiento de Sangüesa han depositado ramos de flores en el monolito que recuerda permanentemente el atentado donde también luce además una placa en su recuerdo.