Muy pocos patinadores han alcanzado ese registro estratosférico. Javier Fernández lo consiguió con solvencia, sin la perfección de otras jornadas, pero con un final feliz que le llevó a sentarse en un trono que no abandona desde 2013. Su superioridad en Europa es aplastante, sumó un total de 294'84 puntos en los dos programas y en el mundo pocos pueden hacerle frente