El Corte Inglés informó ayer de que analizará las posibilidades de desinversión de activos inmobiliarios no estratégicos, cuyo valor estimado se sitúa entre 1.500 y 2.000 millones de euros, con el objetivo de reducir su deuda. La firma ya se desprendió de un centro comercial en Valencia y ahora el grupo de distribución ha encargado un estudio a PwC con el fin de determinar las mejores opciones para cada uno de los bienes inmuebles prescindibles y posteriormente decidir cuales se pondrán a la venta en 2019.