Un árbol de historias vivas a través del Camino

Carlos Merino
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En 2012 tras hacer el Camino de Santiago, la periodista que lleva dentro decidió que aquello lo tenía que contar de alguna manera, pero tenía que ser de una manera diferente. Así se gestó su primera obra, que ha estado 'cocinando' durante seis años

"El árbol de las historias vivas", una novela "singular" que invita al lector a disfrutar de su imaginación con una historia de realidad "improbable pero no imposible" que la autora ubica en el Camino de Santiago por Baztan.

El libro, pese a que su escritura se ha alargado ya que comenzó a planteársela tras finalizar el Camino de Santiago en 2012, "ha sido también algo divertido y un soplo de aire fresco, algo que necesitaba porque me gusta mucho imaginar, y ha supuesto tener esa libertad de poder plantear lo que yo quiera en cuanto a los personajes, a lugares fantasiosos, o a la trama".

Su faceta de periodista ha sido esencial a la hora de abordar el trabajo de documentación imprescindible, junto a su propia experiencia como peregrina del Camino de Santiago, para las descripciones de la ruta y de lo que en ella se encuentran los personajes, que se detienen en Urdax, Amaiur o Ziga.

Así, plantea datos de historia y arquitectura "sin que suenen excesivamente aburridos, con ganchos que intentan atrapar al lector", pero que "se agarran a la realidad y, como en el periodismo, antes se ha comprobado que son ciertos".

El planteamiento del libro aprovecha un entorno real, el de la ruta jacobea en su tramo de Baztán, para imbuir al lector en un escenario identificable y creíble y ahí hacerle vivir a través de los personajes una historia que se acerca al "realismo mágico".

Un árbol de historias vivas a través del Camino
Un árbol de historias vivas a través del Camino
"El lector se va a encontrar un libro que invita a ser peregrino, a atravesar los valles de Ultzama y de Baztan, a conocer las costumbres, la mitología y cultura de esta zona, y sobre todo va a tener la oportunidad de ser transportado a la historia de un pueblo ya desaparecido que se llamaba Zuriko"