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El gran ambiente vivido en las finales del Máster Codere y el Cuatro y Medio evidenciaron que el frontón del Navarra Arena puede ser un gran escenario pelotazale. Las instalaciones acogían este jueves la presentación del XIV Torneo de Navidad de remonte. Momento para cuestionar sobre la posibilidad de que esta infraestructura acoja alguna final de esta modalidad. La falta de la pared trasera o rebote y la gran capacidad del frontón son los dos principales hándicaps que dificultan la celebración de un partido de remonte en el Navarra Arena. La primera tiene fácil solución. Es económica. Es factible instalar una pared trasparente que no limite la visual de los espectadores colocados en esa zona. La segunda, no es tan sencilla: el miedo a los asientos vacíos. Las finales de remonte suelen atraer una media de 500-600 espectadores, lejos de los mil que alberga el frontón del Navarra Arena como mínimo. Unas gradas modulares que pueden llegar a acoger hasta 3.000 personas.