''En televisión se aprende la rapidez y la efectividad"

Esther Molinero
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La actriz Adriana Ozores, que interpreta a Macarena Rey en 'Velvet Colección', adquiere mayor protagonismo en esta segunda temporada que se estrena el viernes 14 en Movistar +

 

La sonrisa y los brazos abiertos que recibió Adriana Ozores cuando se inició en el mundo artístico hace ya cuatro décadas los devuelve con creces en su día a día. Aunque cuando se trata de desvelar la trama suya de la segunda temporada de Velvet Colección se muestra más hermética. «Hay que verla. Adelanto que mi personaje tendrá un vínculo sorpresa con las galerías», apunta.

La segunda temporada que se estrena el próximo viernes en Movistar +, con un preestreno la víspera, el 13 de septiembre en #0 (dial 7) a las 22,00 horas, girará sobre el mayor encargo recibido en la historia de la compañía, convertida en un referente de la moda en Barcelona: el vestido para la coronación de Farah Diba, la reina de Irán. Un trabajo que debería ser soñado, pero que se complica cuando el equipo de Velvet es obligado a tratar con Omar Ahmadí (Andrés Velencoso), el embajador iraní, un hombre de oscuras intenciones.

Su esposo Eduard Godó, principal inversor de ‘Velvet’ es amigo del embajador iraní, ¿verdad ?

Eso es, pero pronto se descubrirá que la amistad no es lo único que les une y que ambos andan embarcados en un gran negocio de dudosa legalidad.

Y Macarena Rey, su personaje, ¿cómo está evolucionando?

Mi interpretación tiene un recorrido muy interesante, muy bonito. Macarena es una mujer que empieza sumisa, muy enamorada al principio de su marido y eso la hace pagar alto precio. Hasta que empieza a tomar las riendas de su propia vida.

¿Tienen algún paralelismo Macarena Rey y Adriana Ozores?

La verdad que no. Pero estoy encantada con hacer personajes de este tipo, que las cuesta dar algún paso, pero al final lo hacen.

Macarena busca un lugar en el mundo. Descubre que en la sociedad en la que vive no es fácil que una mujer se independice. Orgullosa y tenaz, intentará sacar adelante sus propios negocios, aunque para ello tenga que luchar contra su propio marido.

Usted, que nació dentro de una saga de artistas como son los Ozores, ¿tuvo que batallar para conseguir su sueño de ser actriz?

Cuando empecé me abrieron las puertas de la profesión donde llamaba. Me recibían con una sonrisa. Y eso realmente es un regalo. Eso no le pasa a todo el mundo. La mayoría de los profesionales les cuesta la vida poder entrar en un casting. De alguna manera yo tuve la gran suerte de que allá donde fui me encontré unos brazos abiertos.

En ese sentido fue muy fácil. Pero luego tuve que pelear en otro campo porque te ponen en el cliché de ¡Ah!, tú eres de esa manera de hacer!, y no. Yo me interesé por otras cosas, ni mejor ni peor, y me costó un poquito que entendieran que mi carrera profesional iba por otro lado.

Una vez conseguido esto. Tengo todo el bagaje que lo aprendí por mi familia en los genes y eso es un regalo de la vida.

Y a la inversa, ¿qué ha aportado Adriana a la saga Ozores?

He añadido un aspecto, digamos de la profesión, que a lo mejor por circunstancias del momento histórico, incluso de España no se pudieron ni plantear mis antepasados.

Ellos tenían que pensar en el día a día, en poder salir adelante, en poder comer de esto. Y cuando las cosas van cambiando y cuando puedes elegir un poco más y tirar para más sitios, puedes hacer otro tipo de trabajo, y eso creo que ha sido mi diferencia. Ellos no tuvieron la oportunidad de hacerlo, quizás yo lo esté rematando. (Sonríe)

¿Se refiere por ejemplo al arte dramático del que usted es un gran icono y al que ha estado ligada en la Compañía Nacional de Teatro Clásico y que sigue haciendo?

Si, sí, eso es. Otro tipo de cine, de televisión. Otro tipo de lo que sea.

¿En qué proyectos está metida en la actualidad?

Continuaré haciendo la serie de televisión y hay cosas interesantes en cine sobre las tablas, pero no quisiera hablar de ellas hasta que no se acerque el momento.

¿Qué destacaría de cada disciplina (televisión, teatro, cine)?

En cada una de ellas vas a aprender.

En televisión te enseñan que todo sea rápido, efectivo y que los tiempos valen oro y nunca mejor dicho. Se va más a lo práctico a la hora de trabajar. La televisión tiene un ritmo más rápido y también es muy divertido.

El teatro no tiene nada que ver. Es un trabajo mucho más profundo, más expositivo. Tu te exhibes en todas las dimensiones y el trabajo en cine es más delicado, más sutil. Cada uno tiene su gracia.

De todos los papeles que ha hecho para televisión, ¿cuál cree que llegó más al gran público ?

Yo creo que los Los hombres de Paco (Antena 3) funcionó como un tiro y sigue funcionando. Mi personaje de Lola Castro como mujer de Paco Tous fue especial. Interpretar a Cayetana Fitz-James Stuar en La duquesa (Telecinco) fue muy interesante. Conocer Liria, Dueñas, acercarse a una saga que tiene que ver mucho con este país resultó muy atractivo.

Usted protagonizó con éxito el filme ‘Heroína’ (2005) sobre el narcotráfico en Galicia. ¿Qué le parece la serie Fariña que emitió Antena 3 y ahora está disponible en Netflix?

La ficció Fariña me parece espléndida y los actores geniales. Me encanta, me encanta, me gusta mucho.

Hacer el papel de Carmen Avendaño, (madre de un toxicómano que funda la Asociación de Ayuda al Toxicómano Erguete), me parece una maravilla lo aborde como lo aborde cualquiera de las actrices.

 

 

UNA PRENDA BÁSICA: Pues no tengo nada porque me gusta mucho cambiar. Llevo ropa muy variopinta. Hoy voy con un mono y una camiseta y otro día puedo ir con una falda, o más elegante… Me gusta mucho el cambio, si no me aburro enseguida. 

UN COMPLEMENTO: ¡Qué bonito eso! ¡Un sombrero!

UN DISEÑADOR: No sé. Los grandes nunca te decepcionan. Yo tengo ropa de Moschino de hace 20 años y cuando me lo pongo, todo el mundo me dice «¡Qué cosa más bonita llevas!»

ALGO PARA COLECCIONAR: Los libros.

UN LIBRO: La poesía de Sabina

COMPRAR EN GRANDES CADENAS, BOUTIQUE, MERCADILLO...: Desde grandes cadenas, boutique a mercadillo. Todo porque me gusta el cambio. Por Internet compro poco, solo libros.