"Fingí convertirme al Islam para proteger a mis hijos"

JAVIER M. FAYA (SPC)
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La autora de 'Casada con el enemigo' cuenta su dramática experiencia viviendo 20 años con un terrorista yihadista que fue detenido hace casi un año

Asegura esta mujer que escribió Casada con el enemigo (Espasa) pensando en sus hijos. Reconoce que estuvo viviendo durante más de 20 años con «una persona maravillosa». Hasta que Nabil empezó a dejarse barba, ponerle vídeos de decapitaciones de infieles al hijo mayor... En unos días se cumple el aniversario de los atentados de Barcelona y Cambrils y ella no deja de estremecerse. Sigue con tratamiento psicológico. 
¿Hasta dónde llega el amor y hasta dónde la sensatez?

El amor llega hasta que descubres que empiezas a vivir con un completo desconocido, una persona que ya no es esa de la que te enamoraste y que, sobre todo, quiere dañar a tus hijos. Creo que para una madre no hay nada mas importante que sus hijos, y ante ellos el amor desaparece. En ese momento empieza la sensatez y la cordura. Psicologicamente, es necesario disasociar y tomar conciencia que la persona de la que me enamoré, ya no esta, se fue y eligió otro camino: el hombre que es hoy es un completo desconocido que ya no forma parte de mi vida.

¿Qué sintió al saber de la historia de Tomasa y los cinco hijos que llevó al EI a luchar?

Sentí rechazo, incomprensión, repulsión, dolor, una madre nunca puede llegar a entender cómo se puede enviar a unos hijos directamente a la muerte, da igual cuáles sean los ideales. Por oro lado, me afectó mucho, me vino la imagen de mi hijo, pues su padre tenía los mismos planes para el.

¿Cree que hay descontrol con las mezquitas en España?

Sí, mucho, si mi exmarido fue captado en una de las principales mezquitas de Madrid, en donde estos hombres campaban a sus anchas, un lugar donde hay cámaras de vigilancia y está permanente controlada por la Policía. No puedo imaginar la situación de otras mezquitas que se esconden en garajes o locales sin ningún tipo de control.

¿Tiene contacto con Nabil?

Desde el juicio, ninguno, le comuniqué mi intención de solicitar el divorcio y la patria potestad de mis hijos. Aun así, sus hermanas me siguen enviando whatssap diciéndome, que por qué doy estas entrevistas pareciendo una víctima, cuando la víctima es él. Motivo que me hace pensar, que no solo es imposible que se reinserte, pues sus más allegados no solo no le hacen conocedor del delito cometido, sino que lo apoyan.

¿Se va a esconder de él?

No, ni de él ni de ninguno que trate de impedir mi libertad y la de mis hijos. Seguiré luchando, no solo por mí, porque estoy segura de que hay más personas en mi lugar. Yo no puede denunciar porque a mi me pilló en una época en la que todavía no sabíamos qué era el ISIS. Es más, había varias facciones de Al Qaeda que se debatían el califato en Siria. Ahora por desgracia hemos vivido su crueldad con los atentados cometidos en occidente, y que seguirán sucediéndose, por lo que en todo momento intentaré poner mi granito de arena a ayudar a concienciar a la sociedad que es cosa de todos y que todos podemos ayudar a prevenir y detectar nuevos casos de radicalización.

¿Qué se podría hacer para que no se radicalizara más?

Creo que eso es imposible, tienen sus ideales muy marcados y en las prisiones, se acercan y se ayudan unos a otros. Ellos se consideran víctimas de nuestra sociedad, piensan que el racismo y el odio a los musulmanes es lo que les esta llevando a prisión.

¿Este libro puede suponer su condena de muerte?

Lo desconozco, pero creo que hay que demostrar que no les tenemos miedo. Ellos juegan con nuestro terror psicológico. Vivo entre amenazas permanentes, ya he sufrido varias agresiones, pero seguiré luchando por poner mi granito de arena frente a estas personas que tratan de imponernos una costumbres radicales, que no se asemejan con nuestra sociedad, y por todo lo que hemos luchado para poder vivir libremente como vivimos ahora. Además, espero que esta lucha permita a mis hijos cuando crezcan poder vivir en libertad, elegir sus creencias y sus propios valores.

¿Nunca, nunca, nunca sospechó de Nabil?

Sí, claro, por supuesto. Él impuso su Islam más extremista en casa, y yo tuve que fingir una conversión al Islam para que el adoctrinamiento lo fijara a mí y no a mis hijos, tuve que soportar mas de tres años de maltrato psicológico, pero no tenia salida, pues en esa época, la radicalización no era un delito, yo desconocía su red de contactos y todo lo que descubrí posteriormente en el sumario.

¿Qué le diría a una lectora que se sienta identificada con usted?

Que no se someta, que ahora si sabemos que es el terrorismo yihadista y podemos poner en alerta a los cuerpos de seguridad del estado, que denuncie anonimamente y sobretodo si tiene hijos, porque son carne de cañón.  

Que el miedo existe siempre, y se acaba conviviendo con el, pero en el fondo me puede tocar a mi por testificar contra ellos como hice, como le puede tocar a cualquiera en una cafeteria, en un concierto, que tenemos que prevenirlo y que al mínimo cambio que vea en un hijo, en su marido, de carácter, de vestimenta que lo ponga en conocimiento de la Policía. El carácter lo cambian por completo, se apartan de la sociedad y tratan de aislar a su familia, se vuelven irascibles y agresivos y con el tiempo sus imposiciones se recrudecen más. Es un tema de todos.

¿Qué puede resultar atrayente para un joven con dni español, sin origen árabe, el EI?

La establidad que les ofrecen, les otorgan un posibilidad de futuro, una salida a un futuro incierto que se encontrará en su lugar de origen por la precariedad laboral. Les dan casa, sueldo, una mujer que le complacerá en todo, y el paraíso final: haciendo la Yihad morirá por Dios y se convertirá en un héroe.

¿Cómo ha recobrado su vida?

Todavía no he podido recobrarla, sigo sin trabajo, pues me despidieron de dos empresas por haber sido su familia. Sigo amenazada por sus correligionarios, pero intento dar normalidad a mi vida por mis hijos, establecer una rutina, para que ellos vivan como niños normales, que es lo que son. Ellos no tienen culpa de lo que hizo su padre. Y por supuesto con la ayuda de mi familia, y con un fuerte espíritu de lucha.

¿Cuántos años cree que va a pasar Nabil entre rejas?

Le quedan cuatro años y medio, le condenaron por la Audiencia Nacional y fue ratificada por el Tribunal supremo a ocho años de prisión y siete de libertad vigilada. Intento prepararme y anticiparme a su salida. He solicitado su retirada de nacionalidad y el proceso de expulsión una vez cumpla su condena.

¿Ha ido a verle? ¿Y sus hijos?

Al principio sí, hasta que leí el sumario y me enteré de todo. Mi hijo mayor no quiso verle en ningún momento, ni tampoco hablar con él, pues fue el mas dañado. Le enseñaba vídeos de decapitaciones, de jóvenes inmolándose. Mi hija era más pequeña y sí quería verle. La llevé en tres ocasiones, pues siempre quise respetar sus decisiones. Era su padre y no quería que cuando crecieran pudieran echarme en cara que les prohibí verle. Adía de hoy no quiere hablar con él y mucho menos verle. Pero es un proceso que ha llevado a cabo sola, por supuesto con la ayuda de la familia y de los psicólogos que la atienden

¿Quién le visita?

Lo desconozco. No sé si alguien de su familia habrá ido a visitarle. No se nada de él desde hace un año y medio.